Todo hay que decirlo, no nos fuimos muy lejos, sino a la Isla de Tenerife, pero los paisajes, la naturaleza, las experiencias, la relajación, la desconexión ha sido la misma o más que si me hubiese ido a Cancún.
El océano Atlántico embravecido a mis pies, grandes rompientes que observadas en el anochecer hacían de aquella estampa una imagen sin igual...un paraje para perderse...para pensar, para desahogarse y sentirse bien...
Puede que parezca contradictorio, pero esa "inquietud" del océano a mi me relajaba, cerrar los ojos cada noche y solo escuchar la olas, dar un paseo antes de cenar por toda la orilla era el mejor calmante que se podía tener después de un día intenso de excursiones y anécdotas...
La inmensidad del mar se abría a mí cada día para acogeme con sus brazos como cual madre a una hija, una hija pensativa, algotemersa, inquieta y pensando en que algo faltaba para que todo aquello fuese todavía mejor...
Sin embargo,ha sido una experiencia única y maravillo, que sin dudar repetiría ahora mismo...Una semana llena de aventuras, experencias y anécdotas que quizás desglose un poco más...dado que hay bastante que contar y muchos lugres inreíbles que mostrar...
Te merecias este viajes, además he de reconocer que te sentó bien, viniste cambiada.
ResponderEliminarTenerife no lo conozco, pero sí Gran Canaria y es un pequeño paraiso, pequeño y bonito como tú.
Gracias...pero no creo que haya venido cambiada, nosé, sí que he tenido tiempo de pensar mucho, pero bueno soy la misma de siempre...¿Por qué dirás tú que vengo cambiada?
ResponderEliminarSí es un pequeño paraíso, pero yo no sería capaz de pasarme toda la vida en una isla metia, he descubierto que no es para mí...necesito saber que puedo coger el coche e irme a otra provincia si me apetece...
Alaa...adulador...gracias