lunes, 27 de abril de 2009

¿Relaciones Públicas o acoso?

A lo largo de toda la semana en Puerto de la Cruz, las 5 personas que hasta allí nos fuimos, nos quedamos impactadas por el exceso de insistencia de algunos "relaciones públicas" (que así se hacían llamar, nose todavía muy bien porqué, dado que ninguno contaba con dicha carrera...) para que acudiésemos a su restaurante, bar o local de copas.





Paso a explicar algún caso curioso que me sucedió en primera persona. El primer día que llegué allí, tras cenar, mis compañeras y yo nos decidimos por salir y conocer el ambiente nocturno de la zona, así que nos preparamos (divinas de la muerte, por supuesto, jajaja) y salimos del hotel dispuestas a pasarlo en grande. Cual sería nuestra sorpresa cuando nada más cruzar la calle nos "aborda" una chica que parecía muy amable y nos comenta que es "relaciones públicas" de un local y que dado que no conocemos la zona de marcha, ella se ofrecía a indicarnos los lugares más frecuentados y nos lleveba hasta su local en donde nos invitaba a un chupito...nosotras como no, a tal ofrecimiento no nos ibamos a negar, así que caminando nos dirigimos con dicha chica al local, nos tomamosel chupito de cortesía y alli nos quedamos un ratillo bailando y bebiendo unas copas (con las cuales nos engañaron, dado que la chica nos dijera que eran a 3.50 y cual fue nuestra sorpresa cuando al pagar nos dicen...son 5€).




Tras salir de ese local, nos dirigimos a la calle y ala ahí nos viene otro "relaciones públicas" y nos lleva a su local y como no, nos invita al chupito de cortesía, que por cierto eran todos de ron miel... Y así uno tras otro, cada vez que salíamos a la calle, alguno/a de estos llamados "relaciones públicas" nos abordaban... Hasta que decidimos pasar de ellos e ir a donde nos diese la gana...jajaja




Pero claro, la noche pasó y al día siguiente, tras un baño en los maravillosos Lagos Martiánez, había que comer...y como no, ahí estaban los denominados "relaciones públicas" de los restaurantes o bares insistiéndonos para que comiésemos en su local. Todo hay que decirlo, alguno era muy amable y no insistía mucho, pero otros, cuyo aspecto en general dejaba mucho que desear (desaliñados, a alguno le faltaban piezas dentales...etc.) eran muy insistentes. Por un momento nos paramos en un local, que tenía muy buena pinta, comida muy rica, según se podía observar en los comensales que ya disfrutaban de su menú y por los precios de la carta que tenían expuestos; pero claro...tenía que aparecer el R.P. de dicho local y tras rompernos la cabeza y decirnos que no encontraríamos nada más barato, nos tenía casi convencidas, pero queríamos dar una vuelta más por si las moscas, como se suele decir...Pues bien, nada más darnos media vuelta, el "tipo", no se ni como calificarlo, empieza a vociferar insultos contra nosotras, con lo que yo misma me doy media vuelta y digo "Hasta aquí podíamos llegar, aquí no vuelvo ni muerta, sólo faltaba que me insultara un tipo como ese"...Con lo que nos fuimos y como no, acabamos comiendo en el Mc Donals, por 2€ menos de lo que se nos ofrecía.




En definitiva, este post lo quise escribir para hacer una pequeña reflexión sobre la carrera que yo misma estoy estudiando y las funciones que realizamos...¿Por qué se permite que alguien que no tiene una carrera universitaria y que simplemente se dedica a repartir folletos, se haga llamar como un profesional que estudia 4-5 años y que posee una formación y que sabe hacer mucho más que eso? Con esto lo único que se consigue es que se arrastre una profesión tan seria y con futuro como son las Relaciones Públicas.

lunes, 20 de abril de 2009

Recién aterrizada del paraíso

Hace solamente día y medio que aterricé de un gran viaje de fin de carrera...

Todo hay que decirlo, no nos fuimos muy lejos, sino a la Isla de Tenerife, pero los paisajes, la naturaleza, las experiencias, la relajación, la desconexión ha sido la misma o más que si me hubiese ido a Cancún.



El océano Atlántico embravecido a mis pies, grandes rompientes que observadas en el anochecer hacían de aquella estampa una imagen sin igual...un paraje para perderse...para pensar, para desahogarse y sentirse bien...















Puede que parezca contradictorio, pero esa "inquietud" del océano a mi me relajaba, cerrar los ojos cada noche y solo escuchar la olas, dar un paseo antes de cenar por toda la orilla era el mejor calmante que se podía tener después de un día intenso de excursiones y anécdotas...





















La inmensidad del mar se abría a mí cada día para acogeme con sus brazos como cual madre a una hija, una hija pensativa, algotemersa, inquieta y pensando en que algo faltaba para que todo aquello fuese todavía mejor...



Sin embargo,ha sido una experiencia única y maravillo, que sin dudar repetiría ahora mismo...Una semana llena de aventuras, experencias y anécdotas que quizás desglose un poco más...dado que hay bastante que contar y muchos lugres inreíbles que mostrar...